ANAMNESIS
Una perra pastor alemán de 1 año de edad correctamente vacunada y desparasitada se presenta en consulta por una diarrea crónica que evoluciona desde hace 3 meses, asociada a una pérdida de peso (4 kg de pérdida durante este periodo) con una ingesta de alimentos normal a aumentada. Un cambio dietético (dieta hipoalergénica) no condujo a la mejora. El volumen y la frecuencia de las deposiciones han aumentado. Las heces son a menudo mucosas. Se han reportado borborigmos y flatulencias.
EXAMEN CLÍNICO
En el examen clínico, el perro se mantiene en buen estado general a pesar de una puntuación corporal de 3/9. La palpación abdominal es flexible e indolora. Los intestinos están engrosados y se observa una dilatación líquida y gaseosa de algunas asas. El resto de la exploración clínica no es destacable.
HIPÓTESIS DE DIAGNÓSTICO
La historia y el examen clínico nos orientan hacia una diarrea del intestino delgado con un síndrome de malabsorción grave. Las principales hipótesis diagnósticas retenidas son: infestación parasitaria, diarrea que responde a un tratamiento antibiótico (disbiosis), enfermedad inflamatoria intestinal crónica, insuficiencia pancreática exocrina o pancreatitis crónica, hepatopatía colestática o insuficiencia hepática, enfermedad endocrina (hipoadrenocorticismo), neoplasia digestiva (carcinoma linfático), intolerancia o alergia alimentaria, insuficiencia renal.
EXÁMENES ADICIONALES
El examen coproscópico realizado en las heces recogidas durante 3 días es negativo.
En el examen hematológico hay una anemia normocítica leve (10,4 g/dL, VU = 12,4 - 19,1 g/dL). En el examen bioquímico hay una hipoalbuminemia moderada (20 g/L, VU 23-34 g/L). El ionograma (Na K Cl) es normal.
El cortisol basal de 155 nmol/L descarta el hipocorticismo.
Se realiza una ecografía abdominal. Se observa un engrosamiento marcado y difuso de la pared intestinal sin pérdida de la estructura de los ecos. Las glándulas suprarrenales son de tamaño normal (6 mm). Se observa una adenomegalia mesentérica difusa de moderada a marcada.
El resto del examen es normal.
La concentración sérica de tripsina medida por el método de inmunorreactividad similar a la tripsina es baja (<2,5 μg / L, VU = 5 a 35 μg/L). Se presenta una hipocobalaminemia severa e indescifrable.
Se realiza un examen endoscópico debido a la hipoalbuminemia y a la posibilidad de una enfermedad intestinal concomitante. El duodeno presenta una granularidad aumentada, al igual que el íleon. El resto del examen no muestra ninguna anomalía particular. El análisis histológico revela una discreta inflamación linfoplásmica con una severa hiperplasia de las criptas, consistente con una estimulación antigénica crónica.
DIAGNÓSTICO
La presencia de concentraciones bajas de ILT en suero asociadas a signos clínicos típicos de mala digestión se consideran diagnósticos de insuficiencia pancreática exocrina (IPE).
GESTIÓN
El tratamiento básico incluye la suplementación con extractos de enzimas pancreáticas (en el alimento del perro en cada comida), la terapia antibiótica con metronidazol (15 mg/kg por la mañana y por la noche) y la suplementación con cobalamina (500 μg en SC una vez a la semana durante 6 semanas y luego una vez al mes). Se introduce un alimento hiperdigestible como primera línea de tratamiento.
EVOLUCIÓN
El seguimiento clínico del perro confirmó una rápida mejora clínica con una consistencia normal de las heces poco después del inicio del tratamiento. También se observó un aumento de peso al cabo de un mes.
El pronóstico de este perro sigue siendo reservado, pero depende principalmente de la respuesta al tratamiento. De hecho, casi el 20% de los perros con IPE son eutanasiados durante el primer año tras el diagnóstico y el 17% sólo responden parcialmente al tratamiento.
COMENTARIOS
La insuficiencia pancreática exocrina (IPE) es una afección poco frecuente que origina un síndrome de mala asimilación, cuyo manejo es complejo. Si el diagnóstico y el tratamiento parecen sencillos, el manejo de los animales afectados es complejo y puede dar lugar a deficiencias nutricionales. En presencia de signos de mala digestión secundarios a la IPE, está indicada la compensación enzimática. El tratamiento básico incluye la suplementación con extractos de enzimas pancreáticas en el alimento del perro, en cada comida o ingesta de alimentos, incluso si el alimento se considera hiperdigestible. En Francia existen varios extractos de enzimas pancreáticas, y la elección se basa en las propiedades prácticas, la disponibilidad y los costes.
El aumento de la cantidad de sustrato para las bacterias en el intestino delgado debido a la mala digestión, la ausencia de factores bacteriostáticos en el líquido pancreático y los cambios en la motilidad intestinal o una enfermedad intestinal inflamatoria crónica asociada son posibles causas de la acumulación de bacterias en el intestino delgado. La terapia antibiótica con metronidazol (15 mg/kg BID) durante periodos de 1 a 3 semanas suele ser necesaria para los animales con IPE. No obstante, hay que tener en cuenta que si la flora está modificada por el trastorno pancreático, el tratamiento mediante la adición de enzimas pancreáticas permite un retorno gradual a la flora normal. Una vez aplicado el tratamiento con enzimas exógenas y la dieta adaptada, y en particular cuando el animal vuelva a tener peso, no debe prolongarse la terapia antibiótica.
Sin embargo, su uso puede ser útil cuando los signos clínicos, como la diarrea, el aumento de la producción de gases intestinales y la flatulencia, no se resuelven con la terapia enzimática, o cuando estos signos han reaparecido durante el tratamiento a largo plazo. El sobrecrecimiento bacteriano crónico no tratado puede causar daños en la mucosa que sólo son parcialmente reversibles incluso tras un tratamiento antibiótico prolongado. Esto puede explicar en parte por qué algunos animales no recuperan el peso corporal normal a pesar del tratamiento.
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